¿De dónde nace esta historia?
En la antigua Roma se adoraban a unos 15
dioses y se perseguía a los cristianos.
Sin embargo, había sacerdotes muy empecinados en que la gente se casara bajo el
ritual cristiano. Valentín fue uno de los que se dedicó a casar parejas aún
cuando el emperador lo había prohibido. El
dirigente romano tenía la creencia de que los soldados casados no eran
tan buenos y eficientes como los solteros… Porque los casados querían volver a
casa y los otros no tenían esa urgencia.
Además, en la antigua Roma, el 15 de febrero
se celebraba el día de la fertilidad o Lupercalia (en honor del dios Lupercus)
y más gente quería contraer matrimonio en esa fecha.
El emperador se enteró que Valentín hacía
casamientos clandestinos y lo mandó detener. Fue en ese momento en el que el
sacerdote intentó cristianizarlo. Aunque en un principio Claudio II se sintió
atraído por aquella religión que los mismos romanos perseguían, los soldados y
el propio Gobernador de Roma lo obligaron a desistir y organizaron una campaña
en contra de Valentín. El emperador romano cambió de opinión y ordenó al
gobernador de Roma que procesara al sacerdote. Acto que llevó a cabo Asterius,
su lugarteniente.
Cuando éste estuvo delante de Valentín se
burló de la religión cristiana y quiso ponerlo
a prueba: le preguntó si sería capaz de devolverle la vista a una de sus
hijas que era ciega de nacimiento. El sacerdote aceptó y obró el milagro, cristianizando a la chica. Pero hubo un problema… Valentín se
enamoró de la muchacha. En la víspera de su ejecución, le envió una nota de
despedida que firmó con las palabras "de tu Valentín", de ahí el
origen de las cartas de amor y poemas que se envían los enamorados en esta
fecha. El lugarteniente Asterius y toda su familia se convirtieron al
cristianismo pero no pudieron liberar a Valentín de su ejecución.
San Valentín fue decapitado el 14 de febrero del 270 d.C… ¡El día de los que pierden la cabeza
por amor!
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